Me considero una admiradora de las películas de Clint Eastwood porque sus personajes viven historias de superación, enfrentan conflictos, desafíos que los ponen a prueba y finalmente encuentran el modo de salir adelante, transformando el problema en una oportunidad de aprendizaje. Sus películas siempre ofrecen una mirada esperanzadora acerca de las personas y los vínculos que se tejen dentro de la comunidad que las reúne. Eastwood es un enamorado del espíritu heroico, por eso sus películas me conmueven y me dejan pensando.

Pero hace poco tiempo descubrí algo que me despierta más admiración aún, y es que además de ser un excepcional narrador de historias, este señor es un stilljober de pura cepa. No porque forme parte de nuestra comunidad (¡aunque nunca se sabe! 🤩 😂) sino porque tiene el espíritu que nos caracteriza.

Me refiero a que su actitud frente a la vida lo impulsa a estar motivado, creando rutinas que lo inspiran y le permiten vislumbrar sueños en el horizonte.

Esta forma de pensar hizo que con noventa y pico de años siga filmando hermosas películas, enseñando a las personas, a través de sus mensajes, a encontrarle sentido a las dificultades, a no darse por vencidos, a escuchar y observar desde el corazón.

En una de las últimas entrevistas que le hicieron, Eastwood compartió cuál es su secreto para mantenerse activo y motivado a su edad. Y lo expresó de una manera genial:

«Mi secreto es el mismo desde 1959: Nunca dejo que el viejo entre en casa. Me mantengo activo, feliz, fuerte y capaz.”

Y acá me gustaría detenerme a esclarecer algo que a mi criterio es muy importante:

No se trata de rechazar la vejez, sino de dotarla de cualidades que sean inspiradoras, que nos permitan disfrutar la vida, asumiendo que los años pasan, pero entendiendo que eso no significa que debamos cancelar nuestros sueños.

«Le doy la espalda al viejo murmurador, lleno de rabia y quejas, de falta de valor, que se niega a sí mismo que la vejez puede ser creativa, decidida, llena de luz y de protección»

¡Esa es la mentalidad de adaptación que nos ayuda a encontrar las posibilidades en donde otros sólo ven problemas!

El pensamiento que nos condiciona es el que nos dice ‘ya estoy vieja/o para emprender’, ‘ya es tarde para iniciar una carrera’, ‘ya estoy grande para perder tiempo en cómo me veo’…

Finalmente, Eastwood se pregunta:

¿Quién dijo que no tenemos tiempo para hacer cambios hasta el último minuto?…

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