El comienzo de este recorrido fue en plena pandemia cuando una consultora me contacta para ofrecerme un nuevo desafío profesional que implicaba aplicar todo lo aprendido y experimentado en la empresa en la que había trabajado durante más de 6 años.
Así fue que decidí dar un giro, entusiasmado a mi edad y ser un agente de cambio en una empresa familiar.
Comencé de ese modo un doloroso camino al ingresar a esta nueva empresa en la que nada de lo conversado en las muchas entrevistas previas que tuve se cumplió. Los dueños de dicha compañía evidentemente no estaban preparados o no tenían el coraje para todos esos cambios. Lo que siguió fue realmente la experiencia laboral más negativa de mi carrera.
Por relación personal con sus creadores accedí a StillJobs. Me pareció buena la idea y realmente útil para un rango de profesionales de más de 45 años que todavía están activos y con mucho para ofrecer desde sus experiencias.
En una primera entrevista hablamos sobre mis capacidades, mi formación y mis aspiraciones, tanto profesionales como económicas. Por alguna razón confiaba en que, StillJobs podía ayudarme a reencausar mi carrera luego de semejante traspié, que obviamente afectó mi autoconfianza y naturalmente mi estado de ánimo. Para la sociedad en la que vivimos tener 50 años parece ser estar “fuera de mercado”.
Comencé con encuentros semanales con un coach con quien aprendí a definir cuál era el trabajo que quería. Todo el trabajo junto a mi coach concluyó en que todavía podía elegir de acuerdo con mis capacidades y no era cuestión de aceptar la primera opción que apareciera con el único fin de tener ingresos.
Finalmente logré reinsertarme en la compañía de la que había salido originalmente, gracias a que con mi coach trabajamos la posibilidad de regresar en un rol diferente, de mayor valor para la empresa y de gran desarrollo profesional para mi.
Hernán Villagarcía